El tiempo

Hay que matar al tirano que lleva las riendas del tiempo: nunca se detiene a mirar a los costados, siempre fija su mirada a los lejos del horizonte.  Soy María, la que conoce el secreto de las noches y los días! Soy María, la que vive de utopías. Hay que detener al tirano, que lleva las riendas del tiempo en una mano, y en la otra...
-Bien María, está muy bien. Pero no buscábamos precisamente eso en la clase de relajación teatral. Quizás no entendiste la consigna, son ejercicios: respiración, movimientos con el cuerpo. Describo círculos para un lado- decía mientras contoneaba la cabeza la profesora - para el otro. Está muy bien lo que hiciste, pero no es praxis teatral todavía.
El resto de los compañeros de clase la miraban, sorprendidos de semejante lección de patetismo.